"Todas mis imágenes son ensambladas en un cuarto oscuro tradicional en virtud de una extensión usando una técnica de enmascaramiento desarrollado y perfeccionado en los últimos años. Esta técnica tiene por supuesto sus limitaciones y me dirijo a ellas cuando se trabaja en ideas. Además, antes de imprimir el original, hago pruebas y ajustes para cada negativo que se va a imprimir. Yo escribo las tablas que me indican la correcta exposición y todas las secuencias de manipulaciones para cada uno de los negativos utilizados. Luego viene la etapa de “secuencia” de impresión. Esta parte es la más implacable. Proyecto meticulosamente un negativo tras otro, cambiando constantemente las máscaras hasta el último negativo que utilizo. Es como regresar con seguridad a casa después de un largo, largo viaje en coche. Esta parte tiene que ver con la disciplina y tiene muy poco que ver con el arte. Después viene el momento de la “sentencia” cuando la primera impresión surge del desarrollador. Miro por posibles errores de la imagen en sí misma y siento una gran sensación de alivio cuando logro que la impresión sea “impecable”. Lamentablemente la técnica que yo estoy usando no tiene margen para errores. Se requiere una completa concentración y puede ser muy agotador física y mentalmente".