Candida Höfer Eberswalde (Alemania), 1944
Formada en la Werkkunstschule de Colonia antes de ingresar, en 1973, en la Kunstakademie de Düsseldorf, donde permanece hasta 1982. Durante su estancia en esta institución, Candida Höfer estudia primero la disciplina cinematográfica junto a Ole John, especializándose, a partir de 1976, en fotografía con Bernd y Hilla Becher. En la actualidad, está considerada como uno de los miembros más representativos, junto a Thomas Struth, Andreas Gursky, o Thomas Ruff, de la Nueva Escuela de Fotografía Alemana, surgida en el final de la década de los ochenta.
Entre 1997 y 2000, Candida Höfer trabaja como profesora en la
Hochschule für Gestaltunt de Karlruhe.
Siguiendo el método de trabajo iniciado por sus maestros, sus fotografías muestran un interés casi etnográfico por la multiplicidad de formas de presentación de la cultura contemporánea, relacionándose de un modo muy particular con los escenarios donde se desarrolla la sociedad y el conocimiento, principal objeto de su fotografía desde la década de los ochenta.
A lo largo de su trayectoria la artista ha concentrado progresivamente su producción en la captación de diferentes tipologías de interiores de espacios públicos o semi-públicos, como librerías, palacios, museos, oficinas, universidades, bibliotecas, cafeterías, iglesias, recintos deportivos o zoológicos.
Sus composiciones, generalmente de formato medio, están realizadas con una rigurosidad y simplicidad cercana a la tradición minimalista, presentando imágenes limpias y neutras en las que la iluminación artificial de los espacios suele converger con la natural filtrada por las ventanas (Kunthaus Bregenz I, 1999). La artista no emplea el retoque, los lugares se muestran tal y como son. La leyenda de las fotografías persigue esta misma idea de claridad compositiva: con brevedad y precisión se identifica el espacio o edificio representado, su función, su ubicación, y la fecha de realización de la fotografía. El resultado es la creación de una atmósfera fotográfica sosegada y sencilla, muy atrayente para el espectador. Höfer no pretende ni mitificar ni agraviar el espacio, sino únicamente plasmar los lugares con su carga histórica, por pequeña y particular que ésta sea, en el momento contemporáneo.
Pese a haber reconocido en varias ocasiones su fascinación por la conducta humana, en las fotografías de Candida Höfer no hay rastro alguno de ello. Así, la artista retrata las salas vacías, tomando siempre el punto de vista del hipotético espectador -los espacios parecen listos para empezar a acoger a sus ocupantes habituales. Lejos quedan imágenes tempranas como Liverpool de 1968 o Türken in Deuschtland de 1980, donde sí se observaba la presencia física de personajes aislados.
La artista ha reconocido su intención de apresar, mediante esta maniobra “deshumanizadora”, el carácter aurático y revelador de los espacios representados. En este contexto, los objetos parecen desplegarse mágicamente de su espacio habitual, abandonando los límites físicos de la representación para mostrar las huellas depositadas por el tiempo, dejando a su vez al descubierto el modo de construir y adecuar un lugar por los individuos de nuestro tiempo.
Fuente:Colección de Fotografía Contemporánea de Telefónica.
Enlaces
http://en.wikipedia.org/wiki/Candida_H%C3%B6fer
http://www.fundacion.telefonica.com/es/at/colfotografia/paginas/a13.html
http://www.inganniadartefirenze.it/Sezione.jsp?idSezione=109
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